INTRODUCCIÓN

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JOAQUÍN GÓMEZ CARRILLO, escritor de Cieza (Murcia), España. Es el autor del libro «Relatos Vulgares» (2004), así como de la novela «En un lugar de la memoria» (2006). Publica cuentos, poesías y relatos, en revistas literarias, como «La Sierpe y el Laúd», «Tras-Cieza», «La Puente», «La Cortesía», «El Ciezano Ausente», «San Bartolomé» o «El Anda». Es también coautor en los libros «El hilo invisible» (2012) y «El Melocotón en la Historia de Cieza» (2015). Participa como articulista en el periódico local semanal «El Mirador de Cieza» con el título genérico: «El Pico de la Atalaya». Publica en internet el «Palabrario ciezano y del esparto» (2010).

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3/6/17

Enseñar al que no sabe

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Plaza de los Carros, un rincón típico de Cieza
Mi abuela decía que quien no sabe es como el que no ve. Y en esta sociedad nuestra, tan cambiante, hay que aprender algo nuevo todos los días, o se corre el riesgo de no actuar de la manera adecuada al funcionamiento de las cosas.

Miren lo que les voy a decir, existen ciertos problemas en lo tocante a cómo y cuándo sacar la basura a los contenedores. Y aunque los responsables municipales ponen corazón y alma en ello, no lo tienen nada fácil ante la ignorancia, principalmente, en el hacer de muchas personas.

No les voy a referir ahora los tiempos en que se producía muy poquica basura en las casas y apenas se sacaba a la puerta un calderico cada varios días, y pasaba el camión y se la llevaba al vertedero, que normalmente se trataba de tirarla a un barranco. No, ahora la cosa ha cambiado y mucho. Hoy en día se generan muchísimos residuos. (Creo que cuando dentro de diez mil años se estudien las edades de la historia, según los restos arqueológicos a la nuestra llamarán la “Edad de la Basura”).

Bueno, en el presente artículo voy a pasar por alto otras actitudes que no sean las de la pura ignorancia. Pues pienso que hay una gran masa ciudadana que no tiene información precisa acerca de qué hacer y cómo hacer con la basura. Vamos a ver, está muy claro: Lo primero es separar los residuos; ya saben: orgánica, envases de plástico, cartón y papel, y vidrio. Tenemos a nuestro alcance los medios para separar la basura en cuatro grupos, y el no hacerlo, perdónenme que se lo diga, es un pecado medioambiental y una falta de civismo.

Bien, una vez que hemos separado, hay que reducir la basura. ‘¿Cómo...?’, dirán ustedes. Sí, han leído bien: “reducir” (¿no reducen las cabezas los jíbaros...?, pues igual nosotros, pero con la basura); es decir, aplastar o plegar todas las cajas, chafar todos los envases y “apretar” en lo posible la orgánica. Si hacemos eso, sólo tendremos que sacar las bolsas cada tres o cuatro días, y éstas ocuparán mucho menos espacio en los contenedores. Tengan por seguro que si somos capaces de aprender y practicar esto que les digo, estaremos colaborando en la limpieza y en la decencia urbana de nuestro pueblo.

Hay otro asunto: No sé si saben ustedes que los locales comerciales pagan un tarifa especial por la recogida de la basura; pagan mucho más que un domicilio familiar, porque tienen derecho a que pase un camioncico a ciertas horas de la tarde y les recoja de la puerta del negocio las cajas y envases que tengan preparados (sin dejarlos de cualquier manera y que los esturreen los chitos, ¡ojo!) Sin embargo, ¿cuál es el problema entonces? Pues que muchos comerciantes, por la razón que sea, no lo hacen así, sino que sacan sus cajas y envases (sin reducir ni plegar) a cualquier hora del día y llenan y colman los contenedores verdes de la orgánica, o lo que es peor: los dejan en el suelo. ¿Qué ocurre cuando son las siete de la tarde (porque la basura hay que sacarla a partir de las siete, ¡cuidao!) y otras personas van con su bolsica de basura domiciliaria? Pues que ya no cabe en el contenedor y la tienen que dejar fuera. Y no les cuento si dicha basura domiciliaria también la sacan a cualquier hora del día. Entonces, como se pueden imaginar ustedes, ya tenemos el pastel en torno a los contenedores: cajas de cartón o madera, cachirulos de plástico y basura domiciliaria esturreados. Un panorama idílico de contemplar.

Y volviendo a la necesidad de reducir la basura, si no se hace y metemos en los contenedores amarillos los bidones y botellas de plástico sin aplastar y sin sacar de ellos el aire, lógicamente se llenan aquellos en un santiamén, y ya tenemos el espectáculo bochornoso de los residuos que no caben por el suelo.

Resumiendo: ¿Qué tenemos que aprender y llevar a cabo? Primero separar, luego reducir, después sacar la basura a su hora, y los comerciantes, que mantengan los envases en sus comercios hasta que pase el camioncico y se los lleve; ¿de acuerdo? De esta forma habremos dado un paso importante para tener Cieza un poquico más limpia.

Y para terminar, los enseres y trastos viejos, no hay que sacarlos a cualquier hora, sino que hay que avisar previamente al servicio gratis de recogida de los mismos que tiene el Ayuntamiento. (Pienso que la gente que saca a la vía pública los colchones y otros trastos viejos a su antojo y sin avisar al servicio de recogida es porque no sabe más, o porque es tan insensible que le da igual que su ciudad ofrezca un aspecto deprimente).

En fin, estimados lectores, que a ver si vamos corriendo la voz y entre todos aprendemos a tener más cuidaico en la limpieza del pueblo. Y ustedes responsables municipales, hagan campaña por todos los medios, y enseñen al que no sabe, que eso, como decía mi abuela, es obra de caridad.
©Joaquín Gómez Carrillo
(Publicado el 27/05/2017 en el semanario de papel "EL MIRADOR DE CIEZA"

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Cuentos del Rincón es un proyecto de libro de cuentecillos en el cual he rescatado narraciones antiguas que provenían de la viva voz de la gente, y que estaban en riesgo de desaparición. Éstas corresponden a aquel tiempo en que por las noches, en las casas junto al fuego, cuando aún no existía la distracción de la radio ni el entoncemiento de la televisión, había que llenar las horas con historietas y chascarrillos, muchos con un fin didáctico y moralizante, pero todos quizá para evadirse de la cruda realidad.
Les anticipo aquí ocho de estos humildes "Cuentos del Rincón", que yo he fijado con la palabra escrita y puesto nombres a sus personajes, pero cuyo espíritu pertenece sólo al viento de la cultura:
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* Tres mil reales tengo en un cañar
* Zuro o maúro
* El testamento de Morinio Artéllez
* El hermano rico y el hermano pobre
* El labrador y el tejero
* La vaca del cura Chiquito
* La madre de los costales
* El grajo viejo
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Frases para la reflexión:

"SE CREYÓ LIBRE COMO UN PÁJARO, Y LUEGO SE SINTIÓ ALICAÍDO PORQUE NO PODÍA VOLAR"

"SE LAMÍA TANTO SUS PROPIAS HERIDAS, QUE SE LAS AGRANDABA"

"SI ALGUIEN ES CAPAZ DE MORIR POR UN IDEAL, POSIBLEMENTE SEA CAPAZ DE MATAR POR ÉL"

"SONRÍE SIEMPRE, PUES NUNCA SABES EN QUÉ MOMENTO SE VAN A ENAMORAR DE TI"

"SI HOY TE CREES CAPAZ DE HACER ALGO BUENO, HAZLO"

"NO SABÍA QUE ERA IMPOSIBLE Y LO HIZO"

"NO HAY PEOR FRACASO QUE EL NO HABERLO INTENTADO"