Cieza atractiva

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Paseo ribereño, de lo mejorcico que tenemos en Cieza

¿Ustedes piensan que Cieza tiene atractivo?, ¿y nuestros gobernantes municipales, se lo habrán preguntado alguna vez? Hay pueblos con interés, ya sea histórico, ya de naturaleza, ya por su embellecimiento de calles y plazas, etc. Yo cuando viajo me fijo mucho en esas cosas. Me doy cuenta de cómo aprovechan lo que tienen para ofrecerlo a los visitantes, de tal forma que estos luego lo comenten y lo divulguen cuando vuelvan a sus lugares. Miren, durante años hemos dicho: “Cieza no tiene hoteles”, y cuando alguien preguntaba, había que mandarlo al Mesón del Moro. ¿Pero para qué queríamos hoteles? ¿Quién iba a venir a ver qué?

Pienso que el atractivo de los pueblos y ciudades pasa primero por que estén limpios y embellecidos. ¿Reúne nuestra ciudad esos dos requisitos básicos? (A propósito, ¿se va a notificar alguna vez a los propietarios del caserón ese cerrado de la Plaza de España, dándoles un plazo para que limpien la porquería acumulada de años con peste a perros muertos tras la verja de la fachada, la cual está justo frente de la Oficina de Turismo, “Cieza bonita”, donde recibir a los visitantes?) ¿Hay una ordenanza municipal, en virtud de la cual se pueda obligar a los particulares a mantener limpias y con un mínimo de decoro sus puertas y fachadas?

Pienso que los gobernantes deben viajar a otros lugares y ver otros pueblos, al menos para que tomen nota. Creo que a esta ciudad se le puede sacar mucho partido, pero hay que luchar para conseguir cosas. Hace tres semanas escribí algo sobre la idea de hacer peatonal el Puente de los Nueve Ojos, construir un paseo sobre este y bajo la fantástica olmeda que hay a continuación, con el fin de preservar ambos y de lograr un espacio público especial que fuera icono y orgullo de los ciezanos. Pero hay otras muchas actuaciones que se podrían hacer en este pueblo para que empezara a tener atractivo, de cara a los visitantes y de cara a nosotros mismos como habitantes de una localidad donde dé gusto vivir, y eso siempre que nuestro espacio urbano permanezca limpio y embellecido, que es lo principal. Por ahora y aquí daré sólo tres ideas: las Claras, la Atalaya y el río.

El río, ya lo dijo aquel tío listo que se llevó los cuartos a gustito, es el mejor atractivo natural que poseemos, siempre que lo sepamos aprovechar. Hay que negociar, pues, con las empresas organizadoras de los descensos para que estos se hagan, no del Puente de Hierro hacia abajo, sino desde el Ginete o la Hoya de García hasta el Fatego, donde los participantes podrían ducharse y cambiarse en las instalaciones deportivas, para después comer en los restaurantes de Cieza y hacer compras. (Sería bueno “revitalizar” el casco antiguo con espacios peatonales para que hubiese tiendas o cafeterías, y que las callecitas estrechas tomaran algún atractivo).

El paseo ribereño (yo dije de ponerle el nombre de “Manolo Dato”), es un magnífico lugar de disfrute, pero hay que mantenerlo arreglado, con la arboleda bien cuidada, con la presencia de bancos o muretes donde poder sentarse, con algún elemento ornamental y con más papeleras, vigilando siempre la limpieza y el buen uso. Hay que plantar más árboles en la orilla del río para que “ahoguen” la proliferación de cañas Y, muy importante, conceder una cafetería-heladería en el molino, o junto a este; sería un establecimiento con encanto que daría mucho atractivo a la zona.

En cuanto a la Atalaya, la cosa es bien sencilla: primero olvidarse de que sea una entidad privada la que en cierta manera tenga el “dominio” sobre los espacios aledaños a la ermitica de la Virgen del Buen Suceso. Eso no puede ser. Aquello es terreno público y como tal hay que contemplarlo. Segundo: poner un motorcico en la acequia y elevar el agua para ajardinar la zona y embellecerla (todo mediante un proyecto integral de remodelación que contemple la construcción de un auditorio al aire libre para conciertos, un restaurante-cafetería con espléndidas vistas, un centro de interpretación, aseos y una tienda, y, por supuesto, aparcamientos). Tercero: regular la actividad de la “romería” para que no siga siendo todos los años el mayor atentado a la naturaleza en el Monte de la Atalaya. Y cuarto: Si a esto se añade un sendero balizado de subida al castillo y otro para llegar a la medina de Siyâsa (declarando “parque arqueológico” el Cerro del Castillo), convertiríamos la Atalaya en zona de máximo atractivo.

Con las Claras habría que negociar varios asuntos: como el de abrir una hospedería utilizando gran parte del convento (infrautilizado hoy en día por el escaso número de religiosas) y el de convertir el huerto en un cuidado y embellecido jardín botánico público, con puerta y verja de hierro a la calle Reyes Católicos. Sería otro bello y atractivo icono para el pueblo.

©Joaquín Gómez Carrillo

(Publicado el 01/08/2015 en el semanario de papel "EL MIRADOR DE CIEZA")