INTRODUCCIÓN

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JOAQUÍN GÓMEZ CARRILLO, escritor de Cieza (Murcia), España. Es el autor del libro «Relatos Vulgares» (2004), así como de la novela «En un lugar de la memoria» (2006). Publica cuentos, poesías y relatos, en revistas literarias, como «La Sierpe y el Laúd», «Tras-Cieza», «La Puente», «La Cortesía», «El Ciezano Ausente», «San Bartolomé» o «El Anda». Es también coautor en los libros «El hilo invisible» (2012) y «El Melocotón en la Historia de Cieza» (2015). Participa como articulista en el periódico local semanal «El Mirador de Cieza» con el título genérico: «El Pico de la Atalaya». Publica en internet el «Palabrario ciezano y del esparto» (2010).

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2/4/11

La última riada en Cieza

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Riada de 1986. Puente de Hierro
Les cuento: el otro día vino a Cieza un chico joven, que está llevando a cabo un estudio y elaboración de informe por encargo de la Confederación Hidrográfica sobre las inundaciones del Segura en los últimos cincuenta años, y, aconsejado por no se sabe quién, fue a buscarme para que le contara acerca de las riadas en nuestro pueblo.

¿Las riadas...? Ya casi me había olvidado de aquello. De modo que tuve que comenzar a hacer memoria de cuando el Segura, ocasionalmente, se desbordaba a su paso por las huertas de Cieza como un pequeño Nilo, devastando muchos cultivos agrícolas y, a cambio, fertilizando la tierra con sus limos arenosos. (Ver galería de fotos)

En la memoria de los más mayores, le dije, perdura aún la Riada del Obispo, que ocurrió a mitad de los años cuarenta (le llamaron así, según parece, porque en días posteriores se dejó caer por el pueblo aquel hombre de Dios, y preboste de la Iglesia, para visitar a los damnificados). Y ya, buscando en los anales de nuestra Región, tenemos noticia de la más dañina de todas para la ciudad de Murcia: la de Santa Teresa, que ocurrió un 15 de octubre 1879 (¿Sabían ustedes que Teresa de Jesús murió el cuatro de octubre de 1582 y la enterraron al día siguiente, el quince de octubre? Una curiosidad histórica nada más).

Sin embargo, la privilegiada situación de Cieza, del casco urbano me refiero, elevado en un promontorio sobre la llamada “losa del pueblo” (un estrato de roca sedimentaria de entorno a un metro de espesor), siempre ha hecho descartar a lo largo de su historia cualquier riesgo de inundación por las crecidas del río. De la misma manera, en los campos de cultivo, en las viejas huertas de riego de portillo (Perdiguera, el Jinete, la Veredilla, el Canadillo, la Parra, el Horno, Bolvax...), jamás edificaban las casas en terrenos bajos, sino más arriba de las acequias, a salvo de inundaciones por grandes que fueran, pues los huertanos de ambas riberas tenían un conocimiento adquirido por tradición sobre los peligros naturales y un sentido práctico a la hora de interactuar en la naturaleza. (En la actualidad, en cambio, los campos se han plagado de gente urbanita que desconocen las maneras de desenvolverse en el medio natural, salvo en algunos casos por las pautas reinventadas de los ecologismos modernos; por eso han llenado de casas, casitas y casonas de lujo nuestras huertas; han construido sin ton ni son bajo los quijeros de las acequias, a la orilla de las ramblas o en las inmediaciones del río. ¡Si levantaran la cabeza aquellos antiguos, tan sensatos...!)

El Segura por la huerta
Es cierto que el peligro de sufrir riadas en las huertas de Cieza ha quedado bastante reducido con la construcción, a mitad de los noventa, de la Presa del Judío, pues esta rambla, que recoge aguas pluviales desde el altiplano de Jumilla, siempre ha tenido un régimen torrencial de mucho cuidado, lo mismo que la del Moro, que alguna vez se llevó vidas por adelante a su paso por la carretera de Abarán, junto al Menjú (rambla cuyas eventuales crecidas también han sido “laminadas” con una presa, la cual podemos ver desde la propia autovía de Murcia).

Pero ni que decirse tiene que con anterioridad a estas obras, y a la construcción de otros embalses que hoy en día regulan el curso del río en la cabecera de la cuenca, el Segura era mucho más indómito. Si miramos fotografías antiguas, podemos darnos cuenta de la gran anchura que tenía el río en el Arenal del Puente de Hierro, o frente a la Era, o junto al Puente de Alambre, donde había una isla con carrizos en mitad del río. Aunque también es cierto que antes, sin el aporte del Trasvase del Tajo, en el Segura se veían las piedras y normalmente se podía cruzar andando por muchos lugares, como el vado por el que atravesaba la Vereda de los Charcos, o el vado del Barranco Mota, que pasaban los carros para ir al molino de la Hoya de García. (ver el artículo "El canal del río")

Pero como les decía, tras hablar con este muchacho, Juan Francisco, me puse a buscar por los cajones y hallé unas fotografías mías de la última riada (creo que después no ha habido otra de tal envergadura en Cieza), que ocurrió en 1986, el año del paso del Cometa Halley y el del nacimiento de mi hija Victoria Elena, bien me acordaré. Por setiembre sería. Aquel día había llovido torrencialmente en las tierras altas, y a media tarde el río se desbordó de su cauce y comenzó a cubrir los bancales de la huerta ciezana, por lo que hubo personas que, sorprendidas, tuvieron que trepar a un albaricoquero y esperar a ser rescatadas.

Aquí en el pueblo, el Balcón del muro y los alrededores del Puente de Hierro se llenaron de gente que contemplaba con asombro el altísimo nivel de las aguas. El río entonces, haciendo gala de su gran “memoria histórica” de siglos, entró por la Hoya, por el Fatego, por el Argaz... (hasta no hace mucho tiempo había alguna caseta agrícola con la raya de la inundación a más de metro y medio de altura en sus paredes). Y aquel día del recuerdo, el Segura, como en otras ocasiones anteriores ya olvidadas, volvió a pasar bajo las magníficas bóvedas de piedra de 18 metros de luz del Puente de los Nueve Ojos.
©Joaquín Gómez Carrillo
(Artículo publicado en el semanario de papel "El Mirador de Cieza")

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(Pulsar AQUÍ para escuchar este artículo)
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(Ver artículos anteriores de "El Pico de la Atalaya")
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2 comentarios:

  1. "...que ocurrió en 1986, el año del paso del Cometa Halley y el del nacimiento de mi hija Victoria Elena, bien me acordaré. Por setiembre sería..."
    Hola, Joaquín. Creo que el dato que das está equivocado; fue en Julio de ese año. Claudio Caballero y yo estamos buscando afanosamente el día concreto en que ocurrió. A ver si nos puedes ayudar.
    Pedroluis Almela. mail: plav@ono.com

    ResponderEliminar
  2. Estos días, debido a que han arrancado todos los
    árboles de la pieza de la izquierda, se puede ver ese lado del puente en todo su esplendor. Maravilloso.

    ResponderEliminar

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Cuentos del Rincón es un proyecto de libro de cuentecillos en el cual he rescatado narraciones antiguas que provenían de la viva voz de la gente, y que estaban en riesgo de desaparición. Éstas corresponden a aquel tiempo en que por las noches, en las casas junto al fuego, cuando aún no existía la distracción de la radio ni el entoncemiento de la televisión, había que llenar las horas con historietas y chascarrillos, muchos con un fin didáctico y moralizante, pero todos quizá para evadirse de la cruda realidad.
Les anticipo aquí ocho de estos humildes "Cuentos del Rincón", que yo he fijado con la palabra escrita y puesto nombres a sus personajes, pero cuyo espíritu pertenece sólo al viento de la cultura:
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* Tres mil reales tengo en un cañar
* Zuro o maúro
* El testamento de Morinio Artéllez
* El hermano rico y el hermano pobre
* El labrador y el tejero
* La vaca del cura Chiquito
* La madre de los costales
* El grajo viejo
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"SE CREYÓ LIBRE COMO UN PÁJARO, Y LUEGO SE SINTIÓ ALICAÍDO PORQUE NO PODÍA VOLAR"

"SE LAMÍA TANTO SUS PROPIAS HERIDAS, QUE SE LAS AGRANDABA"

"SI ALGUIEN ES CAPAZ DE MORIR POR UN IDEAL, POSIBLEMENTE SEA CAPAZ DE MATAR POR ÉL"

"SONRÍE SIEMPRE, PUES NUNCA SABES EN QUÉ MOMENTO SE VAN A ENAMORAR DE TI"

"SI HOY TE CREES CAPAZ DE HACER ALGO BUENO, HAZLO"

"NO SABÍA QUE ERA IMPOSIBLE Y LO HIZO"

"NO HAY PEOR FRACASO QUE EL NO HABERLO INTENTADO"